Habia una vez un ratón que quería visitar a su madre. Entonces se compró un coche y se puso en camino hacia la casa de su madre. Viajó y viajó y viajó, hasta que el coche se hizo pedazos.
Pero al lado del camino había una persona vendiendo patines. Entonces el ratón compró dos patines y se los puso. Patinó y patinó y patinó, hasta que se le cayeron las ruedas.
Pero al lado del camino había una persona vendiendo botas.
Entonces el ratón compró dos botas y se las puso. Caminó y caminó y caminó, hasta que las botas tuvieron unos agujeros muy grandes.
Pero al lado del camino había una persona vendiendo tenis. Entonces el ratón compró dos tenis. Se los puso y corrió y corrió y corrió hasta que los tenis se rompieron.
Entonces se quitó los tenis y anduvo y anduvo y anduvo, hasta que le dolieron tanto los pies que no pudo continuar.
Pero al lado del camino había una persona vendiendo pies.
Entonces el ratón se quitó los pies viejos y se puso unos nuevos.
Corrió lo que le quedaba del camino hasta llegar a casa de su madre. Cuando llegó allí su madre se alegró de verlo.
Lo abrazó le dio un beso y le dijo:
- ¡Hola, hijo mió! Tienes buena cara… - ¡Qué pies nuevos y más bonitos tienes!
Libro de español lecturas, Primer grado
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